La persistencia de la deserción escolar temprana es un obstáculo clave en la consecución de la enseñanza primaria universal.
Mayor que el problema de cobertura y acceso a la educación en América Latina, la escasa capacidad de retención de alumnos
y alumnas en el sistema educativo, se ha convertido en uno de los mayores desafíos para los países en desarrollo. “De los 137
millones de niños y niñas que entraron a primer grado en 2011, es probable que 34 millones de ellos abandonen la escuela antes
de alcanzar el último grado de enseñanza primaria. Esto se traduce en una tasa de deserción escolar temprana del 25%”2.
El abandono escolar es un indicador que busca medir el fenómeno provocado por los(as) alumnos(as) que dejan sus estudios
antes de concluirlos.
Técnicamente, tanto el abandono como la deserción escolar son sinónimos, sin embargo, el Ministerio de
Educación de la República Dominicana (MINERD) aclara que en el primer caso, se refiere a los(as) alumnos(as) que se retiran de la
escuela o colegio sin finalizar el año escolar o bien no continúan
el año siguiente quedando fuera del sistema educativo. En el
caso de la deserción, estos se inscriben al inicio de un año, se
retiran sin haber concluido, pero se inscriben en el siguiente
año escolar. Para fines de este boletín se tomarán en cuenta
ambos casos indistintamente.
A pesar de los avances alcanzados en cuanto al acceso a la
educación primaria y los esfuerzos realizados para retener a
los niños, niñas y adolescentes para que culminen los estudios
tanto del nivel básico como del medio, el país presenta elevados
porcentajes de abandono intra-anual.
En la República Dominicana, del total de estudiantes que entra
al sistema educativo, apenas el 15.4% ingresa a la universidad
(ver Gráfico 1). La mayor deserción se da antes de concluir el
nivel básico. De acuerdo a datos del último Censo Nacional
de Población y Vivienda 2010, el 45.9% de los desertores
corresponden a este nivel, de los cuales el 37.5% deserta antes de concluirlo y un 8.4% lo termina pero no continúa la educación
media. En el nivel medio el porcentaje de alumnos que desertan antes de concluirlo es menor (16.0%), sin embargo, es más
elevado los que lo concluyen y no continúan los estudios universitarios (17.7%).
Motivos de abandono
En el país, al igual que en muchos países de la región, la pobreza
y la inequidad de género son motivos importantes que conducen
a la deserción.
Los bajos ingresos de las familias, así como la
desigualdad de género se conjugan en factores sociales que
empujan a niños y niñas a abandonar el sistema educativo para
insertarse de forma prematura al sistema laboral y/o a realizar
actividades, tradicionalmente asociadas a estereotipos de
género. El Gráfico 2 muestra que el 64% de los hombres que
desertó lo hizo por razones económicas: el 58.7% de ellos lo hizo
porque tenía que trabajar, a esto se suma el 5.7% que lo dejó
porque no había dinero en el hogar. Si bien el factor económico
influye de manera directa en la deserción escolar para ambos
sexos, este afecta de manera desventajosa a las mujeres; ya que
se ven obligadas a dejar los estudios para realizar tareas en el
hogar, probablemente porque la responsabilidades domésticas
caen sobre ellas cuando las madres deben realizar otras tareas
para el sustento del hogar.
Si bien las mujeres abandonaron los estudios en menor proporción que los hombres por la razón de que tenían que trabajar
(19.6%), a esto debe añadirse los motivos que las conducen al abandono y que no generan ingresos (haciendo de estas, personas
más vulnerables a vivir una vida no digna). Entre los principales motivos se encuentran: “Tenía que hacer oficios en el hogar”
(19.52% mujeres y 0.5% hombres), “No está en edad para ir a la escuela” (10.6% mujeres 7.0% hombres), “No había dinero en el
hogar” (8.7% mujeres y 5.7% hombres), “Se casó o embarazó” (8% mujeres y 0.2% hombres).
El abandono escolar en las provincias
El abandono escolar en las provincias del país
corrobora lo antes dicho sobre la relación existente
entre la deserción y la pobreza. El Mapa 1 sobre
la deserción en el nivel básico muestra como las
provincias que presentan mayores índices de
pobreza del país, de acuerdo al Sistema Nacional
de Indicadores para el Desarrollo (SINID), son las
que presentan mayores porcentajes de deserción
escolar. En primer lugar se encuentra Pedernales
con un porcentaje de deserción de 13.1% para
este nivel, seguida de Barahona con un 8.3%,
San Juan, Elías Piña y Bahoruco con 7.7%, 6.5% y
6.4% respectivamente.
La relación deserción-pobreza en las provincias
no se visualiza de manera similar en el nivel
medio, pues al parecer intervienen otros factores
que deberían estudiarse a mayor profundidad. A
pesar de que las provincias con altos porcentajes
de abandono son prácticamente las mismas
para ambos niveles, hay otras con índice de
pobreza no tan altos que muestran elevados
porcentajes de abandono en el nivel medio, como
es el caso de La Vega y Espaillat que ocupan el
segundo lugar junto a Barahona con un 8.3%
cada una. En primer lugar se encuentra San
Juan con 9.1% y luego está Samaná, Pedernales,
Independencia y Bahoruco con 7.7%, 7.4%, 7%, y
6.2% respectivamente.
Recomendaciones
Los principales desafíos que enfrenta la
República Dominicana para avanzar hacia el logro
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y para
el cumplimiento de las metas en el año 2015,
son evitar que los niños abandonen la escuela
antes de terminar el ciclo básico y disminuir
lo más posible la deserción en el ciclo medio.
Para ello es necesario continuar invirtiendo
los recursos acordados en el PIB destinados al
sector educativo. Además, crear y aplicar nuevos
programas que involucren más, tanto al personal
docente como a los padres, y que garanticen
la retención de niños, niñas y adolescentes en
el sistema. También es primordial construir un
marco sólido para la educación después de 2015
con miras a afrontar los puntos pendientes y, al
mismo tiempo, hacer frente a los nuevos desafíos.
Fuente:
Oficina Nacional de Estadísticas, 2014
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